Los cambios que se pueden observar en las condiciones socioeconómicas, cambios de gobierno y de las coaliciones gobernantes, o la repercusión de otras políticas colaterales y paralelas, contribuyen a percibir los elementos dinámicos de la estructura externa del subsistema de la política del agua.
Los cambios en las condiciones socioeconómicas han venido a constatar un fuerte incremento de la renta, el aumento del consumo y la inversión en segundas viviendas, aumentando el crecimiento de población en las zonas del litoral y modificando, desde la perspectiva del consumo urbanístico, el mapa del consumo del agua, el cual debemos completar con la información sobre el uso del agua por la agricultura, principal consumidor de este recurso, de entre el cual deberemos distinguir el consumo de secano del de regadío que también se ha incrementado en el período que analizamos de modo significativo.
No obstante, debemos distinguir el consumo de los particulares del consumo de las actividades económicas ya que éstas repercuten sobre el consumidor los costes del agua y en ese sentido podemos afirmar que el principal factor económico a tener en cuenta para la observación de los cambios socioeconómicos, es el aumento de la actividad económica en zonas muy deficitarias de agua.
No obstante, debemos distinguir el consumo de los particulares del consumo de las actividades económicas ya que éstas repercuten sobre el consumidor los costes del agua y en ese sentido podemos afirmar que el principal factor económico a tener en cuenta para la observación de los cambios socioeconómicos, es el aumento de la actividad económica en zonas muy deficitarias de agua.
La valoración de la población como variable en el aumento del consumo de agua, es, en general, correcta, pues está directamente relacionada con el aumento de actividad económica y, por tanto, con el aumento del consumo y la actividad antrópica.
Pero si observamos la evolución de este factor podemos observar la distancia que la actividad en el sector de la construcción de viviendas tiene respecto al crecimiento, más bien, decrecimiento, de la población española, lo que nos mueve a considerar este factor como un factor secundario, poco vinculado a la necesidad de una vivienda y más relacionado con los estímulos económicos derivados de adquirir y gestionar dichos bienes inmuebles.
Como puede observarse en la Ilustración nº5, el stock de viviendas se distancia progresiva y significativamente de la línea de crecimiento de la población, dicho distanciamiento nos permite inferir que el crecimiento de la población no es el principal desencadenante del crecimiento de stock de viviendas sino el uso de la vivienda como activo económico, inversión u objeto de especulación, en definitiva como producto de la actividad económica que está unida a la construcción en la costa y su vínculo con la explotación turística de la vivienda, o a la inversión en la especulación urbanística, apoyada en la reconocida solidez de de la inversión inmobiliaria.
El crecimiento económico de los años ochenta terminó con la recesión de 1992. La incorporación de España a la Unión Europea en 1986 forzó a una mayor apertura económica y obligó a la modernización de la industria, mejorar las infraestructuras y seguir las pautas de la comunidad (C.E.E. Comunidad Económica Europea). Ello proporcionó un crecimiento del PIB, redujo significativamente la deuda pública, disminuyó la tasa de desempleo, mal endémico en nuestra economía, del 23% al 15% en 3 años y redujo la inflación por debajo del 3%.
Durante la primera legislatura del PP, la economía se recuperó (1996-2000), gracias al aumento del consumo privado, aunque luego descendiera un poco. La devaluación de la peseta en los noventa hizo más competitiva las exportaciones, aunque a finales del 2003 (cuando el euro se llegó a cambiar por 1,25 dólares) generó dudas sobre la competitividad de los precios, pero ha sido compensado por las facilidades del comercio entre los países de la zona euro.
Así pues, asistimos a un panorama de crecimiento relativamente estable que generará grandes expectativas a los distintos sectores económicos, de mayor crecimiento económico, convirtiéndose, las decisiones de trascendencia económica, en decisiones de alta repercusión social y política.
Renta y poder adquisitivo.
El crecimiento económico de los años noventa, puede observarse en el siguiente cuadro.
Tabla 8. Crecimiento económico de los años noventa en España. Fuente I.N.C. Elaboración propia. 2006
España
| |||||
RENTA FAMILIAR BRUTA DISPONIBLE
|
1.995
|
1.996
|
1.997
|
1.998
|
1.999
|
Millones de pesetas/euros disponibles
|
55.539.685/
333.880
|
58.429.709/
351.370
|
61.455.433/
369.355
|
65.908.904/
396.120
|
70.881.832/
426.008
|
Por habitante
Pesetas/euros
|
1.402.025/
8.426
|
1.471.544/
8.844
|
1.543.892/
9.279
|
1.651.518/
9.926
|
1.773.046/
10.656
|
La renta familiar bruta disponible en 1995 era de 333.880 euros (55.539.683 Ptas.) /año y familia, en 1999 ya era de 426.008 euros (70.881.832 ptas), lo que supone una diferencia del 21,63%. El crecimiento del consumo absorbió las dificultades que la incorporación al euro creó a nuestra exportación. Pero ¿cuál era la situación relativa de España en Europa?. ¿Podemos valorar esta dato como un dato de peso estratégico?, es decir, ¿constituye el crecimiento de la renta un síntoma de equilibrio que garantice un bienestar? o sólo es una bonanza pasajera. O dicho desde el marco de nuestro interés. ¿Es el crecimiento del consumo un elemento explicativo para hacer estimaciones de largo alcance en la planificación y gestión del agua?
La vivienda no solo debe considerarse como un bien de consumo. El papel de las viviendas secundarias estimula el concepto inversor de la vivienda.
Actuando como acelerante económico en diversos sectores y presionando a la oferta de energía, agua y materiales de construcción, con un enorme peso en la acción antrópica sobre el medio ambiente.[9]
Nuestro interés por explicar la relación entre renta y vivienda ha buscado justificar que dichos indicadores económicos actúan sobre la estructura social.
De un lado la demanda de vivienda por usuarios o nuevas familias que necesitan ocupar una vivienda, representando a un sector social interesado en la construcción de la vivienda pero con una incidencia relativamente menor que aquel otro sector que demanda la vivienda para la explotación rentista o especulativa, basada en la explotación ambiental del concepto de vivienda[10] y enfocada al uso de la industria turística, con una significativa mayor incidencia sobre el consumo del agua.
Del mismo modo la relación entre construcción y turismo refuerza el contexto económico de los sectores más interesados en el aumento y desarrollo de una industria que crece de espaldas a sus condiciones eco-sistémicas.
De los aspectos socioculturales podemos observar la conducta consumista del agua. Esta conducta no obedece sólo a patrones de actitudes volubles o psicológicas, sino que puede analizarse como conductas estructurales, es decir, mediante la medición y constatación de comportamientos concretos de valor económico que expresan los resultados de un proceso de decisión racional, que se da, a su vez, entre las diferentes oportunidades de elegir en el abanico de inversión rentable, por un lado y de concienciación medioambiental por el otro. Contribuyendo así a comprender mejor los límites materiales que subyacen en la sensibilidad medioambiental.
Dentro de los parámetros estables de las políticas del agua, ciertas actitudes o valores asentados mediante los actos y no simplemente mediante la valoración subjetiva de los mismos.
En ese sentido, valoraremos tanto el comportamiento económico de los españoles, es decir, el consumo real como las conductas consumistas que se puedan corresponder con un determinado nivel de presión objetiva sobre el agua.
La evolución de la concentración de población a menos de 5 kilómetros de la costa nos permite hacer las primeras observaciones de las conductas concretas.
El consumo del agua en la costa comporta graves problemas de cantidad y calidad de agua. El crecimiento de la población en las costas obliga a garantizar condiciones de habitabilidad, de salubridad e higiene, imprescindibles e imposibles sin el agua. La utilización de potabilizadoras en las Islas Canarias no ha impedido, sino todo lo contrario, el desarrollo turístico y el aumento de dicha concentración. Asimismo, también en el litoral mediterráneo, la cultura del abastecimiento mediante los históricos trasvases entra en crisis debido a la complejidad del sistema de abastecimiento. Acuíferos, trasvases, desaladoras, y sobre todo el concepto de bajo coste de un recurso destinado a la agricultura y subvencionado por el Estado.
Ilustración 6. Evolución de la concentración de población a menos de 5 Km. de la costa. Fuente: El Libro Blanco del Agua. 1998
Otro de los factores que nos permiten ubicar objetivamente el comportamiento del consumidor es el aumento del consumo de energía en el hogar, ya que este se encuentra muy relacionado, no solo con el aumento de la renta familiar, sino también con el aumento del agua que dicho consumo en bienes del hogar comportan.
Así, si observamos la conducta consumidora de agua, podemos observar que si bien en los años noventa parecía producirse un crecimiento paralelo al crecimiento de la energía, desde el año 2000 decae, pese a que el consumo de energía continua creciendo.
Eso nos lleva a que el sector eléctrico continúa presionando sobre los recursos naturales, incluido el agua, recurso de gestión nacional. El consumo de los hogares no parece ser responsable directo del aumento de dicha presión, siendo otros agentes, especialmente los agentes económicos industriales y agrícolas, los principales responsables de dicha presión.
Tabla 9. Datos básicos de las Comunidades Autónomas. Fuente: El Libro Blanco del Agua. 1998
Superficie
|
Población
1995
|
Densidad de población (hab/Km2)
|
PIB por Km2 miles ptas. 1985
|
PIB por habitante
miles ptas. 1985
|
PIB por habitante
1995
| ||||||
(km2)
|
(miles)
|
1985
|
1995
|
1985
|
1995
|
1985
|
1995
|
% var. Acum. Anual
|
Miles de pts.
|
Índice España =100
| |
Andalucía
|
87.218
|
7.056
|
77,3
|
80,9
|
39.760
|
64.373
|
519,3
|
795,7
|
3,3
|
1.335,9
|
80,8
|
Aragón
|
47.669
|
1.182
|
24,9
|
24,8
|
20.105
|
29.404
|
807,3
|
1.185,8
|
3,2
|
1.990,9
|
120,4
|
Asturias
|
10.565
|
1.082
|
105,7
|
102,4
|
73.626
|
94.045
|
707,1
|
918,3
|
2,2
|
1.541,7
|
93,2
|
Baleares
|
5.014
|
714
|
135,3
|
142,4
|
144.112
|
251.900
|
1.035,9
|
1.768,9
|
3,7
|
2.969,9
|
179,5
|
Canarias
|
7.273
|
1.523
|
201,6
|
209,4
|
134.860
|
243.930
|
683,9
|
1.164,9
|
4,0
|
1.955,7
|
118,2
|
Cantabria
|
5.289
|
527
|
98,7
|
99,6
|
70.339
|
99.138
|
714,1
|
994,9
|
2,7
|
1.670,4
|
101,0
|
Cast.-La Mancha
|
79.226
|
1.671
|
21,1
|
21,1
|
11.765
|
20.024
|
573,5
|
949,4
|
3,8
|
1.593,9
|
96,4
|
Castilla León
|
74.147
|
2.543
|
27,4
|
34,3
|
17.856
|
33.546
|
666,2
|
978,1
|
2,9
|
1.642,1
|
99,3
|
Cataluña
|
31.930
|
6.106
|
187,5
|
191,2
|
168.465
|
260.682
|
904,9
|
1.3632
|
3,3
|
2.288,6
|
138,4
|
Com. Valenciana
|
23.305
|
3.884
|
159,9
|
166,7
|
121.863
|
186.557
|
750,7
|
1.19,4
|
3,1
|
1.879,3
|
113,6
|
Extremadura
|
41.602
|
1.069
|
26,0
|
25,7
|
12.394
|
19.278
|
495,6
|
750,2
|
3,4
|
1.259,6
|
76,1
|
Galicia
|
29.434
|
2.717
|
96,5
|
92,3
|
55.648
|
86.724
|
601,1
|
939,5
|
3,3
|
1.577,3
|
95,4
|
Madrid
|
7.995
|
5.014
|
597,5
|
627,1
|
571.237
|
866.374
|
952,9
|
1.381,5
|
3,0
|
2.319,3
|
140,2
|
Murcia
|
11.317
|
1.068
|
88,5
|
94,4
|
53.867
|
85.261
|
607,9
|
903,5
|
3,0
|
1.516,8
|
91,7
|
Navarra
|
10.421
|
521
|
49,5
|
50,0
|
39.367
|
64.328
|
799,4
|
1.286,7
|
4,0
|
2.160,2
|
130,6
|
País Vasco
|
7.261
|
2.110
|
29,5
|
290,6
|
238.056
|
363.769
|
832,5
|
1.251,8
|
3,0
|
2.101,7
|
127,1
|
Rioja, La
|
5.034
|
263
|
51,5
|
52,2
|
40.948
|
67.772
|
788,3
|
1297,2
|
3,6
|
2.177,9
|
1317
|
Ceuta
|
18
|
67
|
3.611,1
|
3.722,2
|
--
|
--
|
--
|
--
|
--
|
1.501,2
|
92,3
|
Melilla
|
12
|
60
|
4.333,3
|
5.000,0
|
--
|
--
|
--
|
--
|
--
|
1.501,2
|
92,3
|
TOTAL ESPAÑA
|
504.750
|
39.178
|
75,9
|
77,6
|
55.055
|
732,6
|
1.035,9
|
3,5
|
1.654,1
|
100,0
|
Nosotros creemos que aisladamente no, y lo consideramos observando la siguiente tabla comparativa elaborada por el Instituto Nacional de Consumo. (ver tabla nº10)
En ella vemos que el puesto nº 13, lo ocupa España, en renta per capita, sin embargo en P.I.B., ocupa el quinto. Lo que nos lleva a valorar a la dinámica empresarial/agrícola/servicios, como el principal factor de consumo de los recursos naturales útiles.
Tabla 10. Comparativa europea de datos socioeconómicos previos a la entrada del euro. Fuente I.N.C. 1999. Elaboración propia, 2006
Datos
Económicos
|
P.I.B. en
Billones de EUROS/por habitante
|
%
|
Lugar que se ocupa según el P.I.B
|
Renta "per cápita"
en EUROS
|
Lugar que se ocupa según la R.per C.
|
Alemania
|
1,4679
|
24,7
|
2
|
23.339
|
4
|
Austria
|
0,1463
|
2,5
|
9
|
22.099
|
5
|
Bélgica
|
0,1708
|
2,9
|
8
|
21.171
|
7
|
Dinamarca
|
0,1192
|
2,0
|
10
|
27.511
|
2
|
España
|
0,4373
|
7,4
|
5
|
12.230
|
13
|
Finlandia
|
0,1119
|
1,9
|
11
|
20.310
|
9
|
Francia
|
1,0327
|
17,4
|
3
|
21.611
|
6
|
Grecia
|
0,0747
|
1,3
|
12
|
10.076
|
14
|
Holanda
|
0,2640
|
4,4
|
6
|
20.767
|
8
|
Irlanda
|
0,0562
|
0,9
|
14
|
16.854
|
11
|
Italia
|
0,9269
|
15,6
|
4
|
17.701
|
10
|
Luxemburgo
|
0,0104
|
0,2
|
15
|
34.405
|
1
|
Portugal
|
0,0594
|
1,0
|
13
|
8.814
|
15
|
Reino Unido
|
0.8708
|
14,7
|
1
|
16.206
|
12
|
Suecia
|
0,1914
|
3,2
|
7
|
23.619
|
3
|
¿En qué gastan el incremento de la renta disponible los españoles? Tomando como referencia los indicadores socioeconómicos que el Instituto Nacional de Consumo ha empleado para valorar la situación relativa de España en Europa, analizaremos el siguiente cuadro:
Como se observa en la siguiente tabla (ver tabla nº18). En camas de hospital por 100.000 habitantes ocupamos el décimo quinto lugar; en médicos por 100.000 habitantes somos los segundos. En estudios superiores ocupamos el décimo lugar sobre 15 países. En teléfonos por 1000 habitantes ocupamos el décimo tercer lugar. Lo mismo que en coches por 1000 habitantes. Todo ello corrobora nuestras primeras impresiones. Es decir, que en este período el incremento en la renta no respalda por sí solo el aumento del consumo de agua, siendo más lógico atribuirlo a la actividad empresarial y al equilibrio de la balanza comercial (exportación-importación). Lo que nos lleva a fijar la atención en aspectos como el comportamiento especulativo de la vivienda, y segundas viviendas, o la exportación de productos hortofrutícolas (grandes consumidores de agua) también denominada “-agua virtual-“
Tabla 11: Datos Socioeconómicos de países europeos. Fuente Instituto Nacional del Consumo (I.N.C.:Web.http://www.consumo-inc.es/euro/interior/paises/frame/documentos/Compara.htm#Socioeconomicos. Elaboración propia. 2006
Datos Socioeconómicos
|
Camas de hospital por 100.000 habitantes
|
rankuing
|
Médicos por 100.000 habitantes
|
ranking
|
Estudios Superiores %
|
ranking
|
Teléfonos por 1.000 habitantes
|
ranking
|
Coches por 1.000 habitantes
|
ranking
|
Alemania
|
766
|
6º
|
321
|
6º
|
23
|
4º
|
457
|
9º
|
488
|
3º
|
Austria
|
949
|
4º
|
328
|
5º
|
8
|
15º
|
450
|
10º
|
433
|
4º
|
Bélgica
|
594
|
10º
|
366
|
4º
|
25
|
3º
|
437
|
11º
|
416
|
6º
|
Dinamarca
|
518
|
12º
|
284
|
9º
|
28
|
2º
|
591
|
2º
|
373
|
10º
|
España
|
407
|
15º
|
408
|
2º
|
17
|
10º
|
365
|
13º
|
351
|
13º
|
Finlandia
|
1.007
|
3º
|
281
|
10º
|
22
|
7º
|
546
|
3º
|
368
|
11º
|
Francia
|
927
|
5º
|
264
|
11º
|
19
|
9º
|
537
|
5º
|
430
|
5º
|
Grecia
|
497
|
13º
|
388
|
3º
|
16
|
12º
|
458
|
8º
|
199
|
15º
|
Holanda
|
1.131
|
2º
|
252
|
12º
|
22
|
6º
|
501
|
6º
|
383
|
8º
|
Irlanda
|
626
|
8º
|
167
|
14º
|
21
|
8º
|
329
|
15º
|
263
|
14º
|
Italia
|
686
|
7º
|
535
|
1º
|
8
|
14º
|
423
|
12º
|
518
|
2º
|
Luxemburgo
|
1.154
|
1º
|
215
|
13º
|
16
|
11º
|
544
|
4º
|
567
|
1º
|
Portugal
|
416
|
14º
|
292
|
8º
|
12
|
13º
|
330
|
14º
|
357
|
12º
|
Reino Unido
|
532
|
11º
|
164
|
15º
|
22
|
5º
|
471
|
7º
|
373
|
9º
|
Suecia
|
610
|
9º
|
300
|
7º
|
29
|
1º
|
680
|
1º
|
409
|
7º
|
El eje de la estabilidad política y la cohesión de la coalición dominante (PP, CiU) en un primer momento (1996-2000), sufre un desplazamiento del centro a la periferia. Adquiriendo especial importancia el equilibrio de fuerzas en la periferia. Quedando marginado el tradicional uso del consenso (que ya se iniciara con las cómodas mayorías absolutas del PSOE).
Asimismo, el objetivo político de llevar a cabo un Plan Hidrológico Nacional, se sustenta sobre la base de una red de apoyos ínter territoriales tejido por el PP para articular su Plan de trasvases, entre cuencas cedentes y receptoras de agua.
Como consecuencia del desplazamiento, hacia la periferia, de los apoyos necesarios en la política de Estado, serán los cambios en la correlación de fuerzas de los territorios afectados donde se fragüen las condiciones que repercutirán en la política del agua a nivel de Estado.
En definitiva, los acontecimientos que en el terreno internacional, y sus consecuencias interiores (atentado de 11M), provocaron un cambio drástico en la opinión pública, con sus respectivas consecuencias electorales. Al mismo tiempo las olas de protesta que habían influido en el cambio político de Aragón abrieron un frente nuevo de enfrentamiento ínter territorial, que sólo podría superarse con un acuerdo de consenso a nivel estatal, muy lejos de la práctica política. Finalmente, la política del agua caería en una nueva revisión cuando, tras el cambio de gobierno del 2004, el PSOE tiene que consolidar los apoyos necesarios para resolver el conflicto ínter territorial, aun por concluir. Dichos apoyos provienen de varias fuentes. La articulación de una política del agua que se apoye en la negociación ínter territorial es un instrumento para la superación de la conflictividad ínter institucional existente (entre comunidades autónomas) que puede facilitar la consolidación de ciertos valores en la política del agua, como el mayor protagonismo de las administraciones autonómicas en la gestión del agua, así como la adscripción a nuevas soluciones técnicas que incidan en la autonomía de su gestión (desaladoras, depuradoras, gestión de acuíferos, etc.).
El papel de determinados organismos institucionales, así como el conjunto de actores que intervienen son los auténticos protagonistas de la acción reflexiva sobre la realidad estructurada que venimos describiendo, nos permitirá dilucidar el amplio abanico de la compleja acción que se desarrollará en el debate parlamentario, en las instituciones y en la sociedad en torno a la política del agua.
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