martes, 20 de diciembre de 2011

ESTRUCTURA BÁSICA DE LA POLÍTICA DEL AGUA


Si analizamos la definición de estructura básica del agua por el documento base utilizado en los debates parlamentarios, el libro blanco del agua (2000), encargado por el Consejo Nacional del Agua, para el estudio de la propuesta del Plan Hidrológico Nacional. El libro Blanco del Agua[1] define la estructura básica del agua según áreas y temas que aborda en el mismo:

  • La ordenación del territorio y el desarrollo regional.
  • Condiciones socioeconómicas que permiten prever la demanda del sistema hídrico.
  • Marco Institucional de la Administración del Agua en España.
En estos tres ámbitos principales se definen como el conjunto de problemas y estructuras, económicas, sociales e institucionales que enmarcan la problemática del agua en España.

Según estos parámetros de análisis, la estructura básica de la política del agua, la prioriza un criterio socio-económico quedando relegados criterios medio ambientales como la sostenibilidad. Eso se debe a que la ordenación del territorio y el desarrollo regional representan a valores relacionados con los principios de solidaridad ínter territorial y de previsión del desarrollo regional desde la centralidad de la Administración del Estado como parte de un sistema de creencias a la hora de analizar las demandas del recurso hídrico.

Pero nuevos criterios y principios que han penetrado en algunas  organizaciones y Agencias de la Unión Europea (como la Agencia del Medio Ambiente) así como la acción de ciertos organismos internacionales (PNUMA, Congresos Internacionales del Agua, Agenda 21, etc...) han puesto sobre la mesa la necesidad de orientar el desarrollo económico hacia unos parámetros de Sostenibilidad. Así pues a la presión socioeconómica sobre el recurso, hay que sumarle la evaluación de la repercusión sobre los ecosistemas, incluido el humano. En consecuencia, es necesario desarrollar políticas de eficiencia en la oferta y de control de la demanda, con la finalidad de alcanzar un desarrollo cuyos límites permitan la sostenibilidad de ambos, es decir, del desarrollo económico y de los ecosistemas asociados.

De ese modo podemos observar el esquema integrado elaborado por la Agencia del Medio Ambiente sobre los factores más importantes a tener en cuenta para la evaluación del stress hídrico y su sostenibilidad con el desarrollo y el crecimiento económico.


Ilustración 2. La gestión del agua con vistas a un desarrollo sostenible. Fuente Agencia Europea de Medio Ambiente. 2006

Como podemos observar, el criterio de sostenibilidad, tiene en cuenta tanto la progresión del desarrollo humano como de los ecosistemas. Las propuestas de gestión son dirigidas tanto a la oferta como a la demanda y se presentan como respuesta al conjunto de presiones que interactúan el desarrollo socioeconómico con el medio ambiente. En ese sentido, debe leerse los tres criterios definidores de la estructura básica desde una visión de conjunto. Dicha estructura básica ha de contener el criterio de sostenibilidad, el cual obliga a atender, de modo decidido, actuaciones tanto en la oferta como en la demanda.



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