martes, 20 de diciembre de 2011

EL CONFLICTO ENTRE EL HOMBRE Y LA NATURALEZA


El Conflicto entre el Hombre y la Naturaleza. Horkheimer nos plantea algunas preguntas claves en la "Crítica de la Razón Instrumental". (Horkheimer, Max:1973, op.cit., pág. 119) "¿Cómo reacciona la naturaleza, en todas las fases de su represión, dentro del hombre y fuera de él, frente a este antagonismo?", se refiere al antagonismo entre el hombre y la explotación total de la naturaleza, "En qué consisten las manifestaciones psicológicas, políticas y filosóficas de su rebelión? ¿Es posible solucionar el conflicto mediante una "vuelta a la naturaleza", mediante una reanimación de viejas doctrinas o la creación de nuevos mitos?."

Horkheimer entiende el conflicto entre hombre y naturaleza como prolongación de los conflictos humanos, es decir la relación que entablamos con la naturaleza proyecta la relación que establecemos en la sociedad. En el más genuino uso de la proyección freudiana, incluida su vertiente derivada, es decir, tanto la que permite explicar la proyección del conflicto interno hacia el conflicto externo, la que realizamos cuando no queremos afrontar nuestros defectos o nuestros impulsos destructivos y atribuimos a un ser externo tales vicios o defectos,  como la que explica el desplazamiento de energía desde una relación tensa hacia un vertido de violencia en otras relaciones, como cuando nuestros deseos o voluntad son reprimidos hasta límites insoportables y el poder de nuestro superego consigue reprimir la reacción violenta que dichas situaciones provocaban, volcando sobre los amigos, en nuestra conducta social, el tráfico, el fútbol, ese quantum de violencia que no fluyó en la situación originaria. 

Así pues, proyectamos los conflictos internos de la individualidad sobre la sociedad, una manera huidiza de no afrontar los conflictos internos del hombre. La misma fuerza que impulsa al imperialismo a expandirse desviando así sus tensiones internas y canalizando la violencia de dichos conflictos, conquistando y creando nuevos espacios donde construir sus utopías, ensoñaciones de represiones internas no resueltas. Una solución  “pionera”  para el destino del hombre.. Hasta ahora, la relación del hombre con la naturaleza era una relación mediada por la alienación, en la medida en que la naturaleza constituía la otra naturaleza, es decir, la naturaleza salvaje, las otras formas de la naturaleza. 

Nuestra relación con la naturaleza lo era mediante los procesos instrumentales que permitían, más fácilmente, nuestra digestión y nuestro metabolismo. Pero hemos modificado dicha relación. En el plano económico hemos llegado al punto donde la naturaleza no es la libre aportación del “Don” natural, no es el maná que nos envía Dios. 

Hoy, la naturaleza camina por el sendero de la tecnología y se ha convertido en pura creación humana. En ese sentido y en esa medida, a la que las tendencias apuntan unánimemente, nuestra relación con la naturaleza es, en realidad una relación entre nosotros mismos y por tanto, se convierte de un problema filosófico, en cuanto extrañamiento del sujeto y su conciencia, a un problema político de primer orden. Es decir, a la relación del hombre consigo mismo.






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