martes, 20 de diciembre de 2011

EL RECURSO DISPONIBLE


Para poder delimitar los aspectos objetivos de una política del agua en España, deberemos preguntarnos acerca cuanta y qué calidad de agua contamos.

Se ha abierto una seria incertidumbre  sobre el recurso –agua-, respecto de su sostenibilidad (cantidad y calidad) así como de los posibles efectos perjudiciales del cambio climático.

En cuanto al agua disponible, según el Libro Blanco del Agua, las cifras de la tabla sólo pretenden dar un marco de referencia en cuanto a las actuales disponibilidades de agua, y no son aditivas (no puede sumarse de forma directa), siendo éste uno de los errores que se han cometido en ocasiones al intentar homogeneizar y presentar la información sobre los recursos hídricos.

Tabla 1. Síntesis de disponibilidad hídricas teóricas. Libro blanco del agua. 1998
Ámbitos hidrográficos
Volumen regulado en embalses (hm3/año)
Bombeo actual de aguas subterráneas
Reutilización directa (hm3/año)
Desalación de agua de mar (hm3/año)
Transferencias superficiales (hm3/año)
Indicador de cota máxima actual total (hm3/año)
Galicia Costa
1.223




1.223
Norte I
3.937




3.937
Norte II
1.870
19


+4-4
1.889
Norte III
353
33


+190
576
Norte
7.383
52


+194-4
7.625
Duero
6.095
371



6.466
Tajo
5.845
164


-301
5.708
Guadiana I
1.922
738


+20
2.680
Guadiana II
228
76



304
Guadiana
2.150
814
5

+60
2.984
Guadalquivir
2.819
507
12

-6
3.332
Sur
359
420
19
20
+7
825
Segura
626
478
56

+225-30
1.355
Júcar
2.095
1.425
83

+85
3.688
Ebro
11.012
198
6

+4-247
10.973
C.I. Cataluña
791
424
6

+53
1.274
Total Península
39.175
4.853
187
20

44.230
Baleares

284
26
6

316
Canarias

395
20
68

483
Total España
39.175
5.532
233
94
+588-588
45.029

Digamos que teniendo en cuenta el volumen regulado, más el bombeo actual de aguas subterráneas y la aportación de los procesos de reutilización, desalación y transferencias superficiales de agua la cantidad de agua disponible se sitúa en 44.230 Hm3 al año (España peninsular).

El margen de incertidumbre, respecto de la disponibilidad del recurso hídrico, viene por la incidencia de la acción antropogénica y también por los cambios estacionales del clima europeo, que presenta variaciones multi-decadales. Para ello, se han diseñado dos modelos de simulación para valorar los efectos del efecto invernadero, directamente relacionado con el crecimiento del CO2 en la atmósfera. En ese sentido, la siguiente tabla nos muestra la disminución de aportación total de agua y que afectaría a los recursos descritos más arriba.

Escenario 1: Aumento de 1º centígrado en la temperatura media anual.
Escenario 2: Disminución de un 5% en la precipitación media anual y aumento de 1º en la temperatura.

También se ha analizado un escenario extremo, muy poco verosímil, suponiendo una disminución de un 15% en la precipitación media anual y un aumento de 4º centígrados en la temperatura. Las reducciones en la aportación, en este caso, son mucho mayores y alcanzarían en algunos ámbitos valores superiores al 50%. El análisis realizado permite concluir que el sureste peninsular, la cuenca del Guadiana, el valle del Ebro y la España insular, son las áreas donde el impacto sobre los recursos hídricos se manifestaría más severamente. (Libro Blanco del Agua, pag. 193. 1998)

Tabla 2. Porcentaje de disminución de la aportación total, por ámbitos de planificación, para los escenarios climáticos considerados. Libro Blanco del Agua. 1998
Ámbito
Escenario 1
Escenario 2
Norte I
-3
-10
Norte II
-2
-10
Norte III
-2
-9
Duero
-6
-16
Tajo
-7
-17
Guadiana I
-11
-24
Guadiana II
-8
-19
Guadalquivir
-8
-20
Sur
-7
-18
Segura
-11
-22
Jucar
-9
-20
Ebro
-5
-15
C.I. Cataluña
-5
-15
Galicia Costa
-2
-9
Baleares
-7
-18
Canarias
-10
-25
España
-5
-14

En otros estudios del impacto del “Cambio Climático”, la principal fuente de referencia son los informes que el Panel de la ONU creado para este tema[2].

Los resultados de los cálculos que se exponen a continuación han tomado como base el Modelo del Hadley Center tal y como el Instituto Nacional de Meteorología lo definió para España en el Informe español de 1995 para la Convención de Cambio Climático de la ONU, único oficial hasta la fecha. El horizonte, es el 2060.

Se espera una subida de la temperatura media anual de 2,5º C y reducciones de la precipitación anual variables, del 2 % en las cuencas del norte al 17 % en las del sur, que pueden verse en Ayala-Carcedo e Iglesias (2000).

Ha habido otras tres aproximaciones posteriores a la de Francisco J. Ayala-Carcedo (Investigador del Instituto Geológico y Minero de España) de 1996. La del CEDEX realizada para el Ministerio de Medio Ambiente (MIMAM) en 1997 evaluaba los efectos para un escenario la mitad de severo que el expuesto, en varias cuencas mediterráneas; a título de ejemplo, para la del Ebro, establecían una reducción del 20 %. La del Libro Blanco del Agua (MIMAM, 1998), extrapolada para un escenario similar al aquí empleado suponía una reducción del orden del 28 %. La empleada en los documentos de apoyo al PHN 2000, una vez extrapolada del 2020 al 2060 supone en cuanto a los valores medios de la horquilla que deduce, salvo para las Cuencas Internas de Cataluña, en que es bastante más pesimista que esta, unos resultados similares a los aquí presentados.

Los márgenes de incertidumbre no son la única dificultad derivada de los flujos hídricos existentes o disponibles. Otros problemas no menos importantes son las diferentes vulnerabilidades de los sistemas existentes (subterráneo, superficial, etc.) así como fragilidad de los ecosistemas.

Tan importante como la cantidad es la calidad, ambas categorías delimitan la naturaleza física del recurso en nuestro contexto analítico, por eso hemos analizado las categorías de –reserva estratégica- y –acuíferos- cuya amenaza de sobreexplotación convierten a los criterios de calidad en conceptos de primer orden a la hora de la gestión política del recurso.

Se considera reserva estratégica al agua que evitaremos consumir con el fin de protegernos frente a una eventualidad que dilapide gravemente los recursos de agua superficiales. Asimismo, consideraremos sobreexplotados los acuíferos cuya tasa de recarga sea superada por un exceso de bombeo. Pero existen límites naturales a la explotación de dichos acuíferos que delimitan el concepto de sobreexplotación, que actualmente en España se estima de un 30% de los acuíferos identificados. En ese sentido lo recoge el Libro Blanco del Agua (pag. 79-80). “Habitualmente se admite que los recursos hídricos de un área coinciden con sus recursos totales (superficiales y subterráneos) renovables, es decir, con el  balance de su territorio. En nuestro caso, estos recursos totales serían unos 111 km3/año (109+2), valor ligeramente superior a las aportaciones totales de los ríos. Además de estos recursos renovables, en un territorio puede haber acuíferos con reservas muy importantes de agua almacenadas en ellos y que pueden tardar decenas o cientos de años en renovarse. En régimen natural, tales reservas han de considerarse como un almacenamiento permanente, y no como un recurso renovable.”

Tabla 3. Explotación de las aguas subterráneas por ámbitos de planificación. Libro blanco del agua. 1998
Ámbito de Planificación
Recarga en régimen natural (hm3/año)
Bombeo (hm3/año)
Porcentaje de bombeo respecto a la recarga natural
Porcentaje de bombeo respecto al total de España
Norte I
2.745
-
-
-
Norte II
5.077
19
0,4
03
Norte III
894
33
3,7
0,6
Duero
3.000
371
12,4
6,7
Tajo
2.393
164
6,9
3,0
Guadiana I
687
738
107,4
13,3
Guadiana II
63
76
120,6
1,4
Guadalquivir
2.343
507
21,6
9,2
Sur
680
420
61,8
7,6
Segura
588
478
81,2
8,6
Jucar
2.492
1.425
57,2
25,8
Ebro
4.614
198
4,3
3,6
C.I. Cataluña
909
424
46,6
77
Galicia Costa
2.234
-
-
-
Península
28.719
4.853
16,9
87,7
Baleares
508
284
55,9
5,1
Canarias
681
395
58,0
7,1
España
29.908
5.532
18,5
100

España es uno de los países europeos que consume más agua superficial en relación a los recursos subterráneos que posee. Así el informe presentado en 1999 por la Agencia Europea del Medio Ambiente nos informa de esa situación.

Diversos investigadores de aguas subterráneas (Instituto Geológico y Minero de España) no dudan en afirmar que el desconocimiento sobre las aguas subterráneas representa uno de los grandes retos para una adecuada política de gestión del agua en España. También queda igualmente oculto el conocimiento sobre el estado y grado de contaminación de dichas masas de agua.

Todo ello nos da una idea del stress al que están sometidos los procesos de evaluación y gestión de la compleja red del agua.

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