martes, 20 de diciembre de 2011

SISTEMA DE CREENCIAS


Para llevar a cabo sus objetivos, los actores se valen de un discurso en el que podemos distinguir tres fases o niveles: Un primer nivel donde el discurso se mantiene en la exposición de valores y principios fundamentales, vinculados a criterios ideológicos o a cuestiones básicas de la convivencia. En el debate parlamentario acaecido entre la década de los noventa y principios del 2000 se pudo apreciar dicho nivel cuando las posiciones políticas que defendían los partidos políticos se polarizaron en torno a  cuestiones como “vertebración del Estado”, “igualdad de derechos”, “tarea histórica del desarrollo”, como fue el conjunto de valores sobre los que se manifestaron principalmente los partidos conservadores, tanto de ámbito estatal o regional (PP, CiU, PNV, CC.). A su vez los partidos de la izquierda se expresan en torno a valores como, “sostenibilidad”, “equilibrio ecosistémico”, “igualdad social” o “democracia participativa”. (PSOE, IU, partidos de la izquierda regionalista y nacionalista). Dichas polarizaciones se suelen expresar junto a un alto nivel de desacuerdo, contribuyendo muy poco a cualquier aproximación de las posiciones.

            El estudio realizado mediante unidades de texto o análisis de contenido, del debate parlamentario arrojó una correlación negativa entre las expresiones de dicho nivel (1er nivel) dedicadas a conceptos o ideas globales y las relativas a distintos pronunciamientos sobre el acuerdo o la negociación.

Otra de las características del cuerpo de ideas de primer nivel es la de constituir el principal elemento de unión de las coaliciones, en el sentido amplio del término, es decir conjunto de actores alineados en torno a principios y valores generales, que más adelante profundizaremos.

A un primer nivel le sigue un segundo nivel que podemos definir como el auténtico “cuerpo político” de las ideas y conceptos expresados en el discurso. Constituye el nivel donde fluye la información científica, el conocimiento y la opinión de los expertos y mantiene, respecto a las ideas de primer nivel una cierta correspondencia de polarización. Así lo pude observar en el análisis del discurso parlamentario, en el que dos grandes modelos de gestión cristalizaron la información científica manejada, el modelo de gestión de la oferta, del que se manifiestan más proclives las tendencias políticas más alineadas con el PP y el modelo de gestión de la demanda propio de las fuerzas políticas y actores alineados con el PSOE y otras fuerzas de la izquierda política.

Así podríamos expresar en el siguiente cuadro las polarizaciones del cuerpo político de segundo nivel.

Tabla 12. Estructura que subyace en el debate político del agua. Fuente: Elaboración propia. 2006

Tecnologías ingenieriles tradicionales, Trasvases, Presas, Embalses
Nuevas tecnologías del reciclado y desalación
Mayor centralidad
PP-PSOE
IU.
Menor centralidad
Dcha. Regional./nacionalista
Izqda. Regional./nacionalista


Otra de las cualidades que podemos apreciar en el nivel discursivo es su papel como acelerador del intercambio de ideas entre los actores de las respectivas coaliciones, facilitando el manejo de dicha información y permite la revisión de las posiciones sin mostrar debilidad o fragilidad por parte de las respectivas fuerzas políticas.

Finalmente, un tercer nivel de los contenidos analizados es expresado por los temas de implementación, número de infraestructuras, financiación, instalaciones puntuales y otras cuestiones de nivel básicamente neutral desde el punto de vista del debate pero que contribuyen a, por un lado, apoyar las perspectivas generales a las que se les quiere dar prioridad, más o menos ambientalistas, más o menos financiadas, o más o menos comprometidas con determinadas orientaciones prácticas. Por otro lado, suponen un terreno “multiuso”, terreno compartido por todas las fuerzas políticas, o utilizado más o menos por todas ellas.

Sin embargo, conocer los niveles en los que funciona un determinado cuerpo de ideas no nos dice todo lo que necesitamos saber sobre cómo se desarrolla la acción de debatir, influenciar, difundir o modificar la orientación de la política del agua.

Para ello debemos analizar el concepto de “coaliciones promotoras”.


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